Hackear el aula desde lo cotidiano: los pequeños cambios

Remontándonos a la segunda lección...

Vimos tres teorías para hackear el sistema educativo escolar que suponían un cambio bastante significativo a como estamos acostumbrados a estudiar hoy en día. A la largo de la historia, la educación se ha intentado estructurar y regular lo máximo posible, lo cual no significa necesariamente algo malo, pero sí se han ido acotando sus posibilidades, ya que el profesor ha pasado a ser la figura central del aula (a pesar de que últimamente se trata de dar más voz y participación a los alumnos para que las clases no sean un monólogo) y la clase se ha convertido en el único espacio legítimo donde se puede dar el aprendizaje.


Por ello, y tal y como vimos en clase, surgieron figuras como Ivan Illich, Jane Lave, Etienne Wenger o George Siemens plantean alternativas radicales, en comparación a lo que estamos acostumbrados. Recopilando brevemente lo que dijeron estas figuras, Illich cuestionaba la idea de que el aula fuese el único espacio válido para aprender, y defendió una educación más libre y descentralizada junto a otras múltiples ideas que se resumen muy bien en el siguiente breve vídeo:



En cuanto a Jane Lave y Etienne Wenger, desarrollaron el concepto "comunidades de práctica" como el proceso de aprendizaje colectivo en comunidad. Siemens, por último, planteó con la teoría del conectivismo un aprendizaje más visto como un proceso donde tanto las herramientas tecnológicas como las personas tienen un papel clave. 

Tras esto, podríamos decir que las tres teorías tienen algunos puntos en común, como, por ejemplo, que plantean una enseñanza más cotidiana e informal, dando un peso especial a pequeños gestos y al trabajo colaborativo. Y a raíz de esto es donde pretendo centrar la entrada, es decir, en los pequeños gestos del día a día, los cuales pueden suponer un gran cambio.

Si el día de mañana somos profesores podemos llegar a pensar que no tenemos más alternativa que dejarnos llevar por la estructura organizativa del centro, por lo impuesto socialmente y por creencias comunes que nos llevarán a dar las clases igual que nos las dieron a nosotros, con lo cual estaríamos perpetuando esta cadena

Sin embargo, el cambio que buscamos no necesariamente implica una transformación radical del sistema educativo tal y como lo conocemos, sino que podemos adaptarlo a nuestra forma de entender y llevar a cabo el proceso de enseñanza. Desde mi punto de vista, son los pequeños gestos los que realmente suponen un cambio y una ruptura con la forma tradicional de dar clase, haciendo las clases más dinámicas y entretenidas.

Por ejemplo, el simple hecho de cambiar la disposición de la clase en lugar de seguir el sistema tradicional de filas y columnas con el profesor al frente podría suponer un cambio, el cual no necesita de nadie más que de nosotros, por lo que es más accesible. Simplemente el cómo sentamos a los alumnos ya afecta directamente a cómo se relacionan tanto entre sí como con el docente. 


Otro ejemplo de estos pequeños cambios a los que me refiero sería modificar el enfoque de la clase, es decir, en lugar de que el profesor sea el único que hable, podríamos crear espacios para que los alumnos hablen, debatan o propongan ideas, haciendo la clase más dinámica, al como lo defiende Illich al cuestionar la idea de que el aula sea el único lugar válido para el aprendizaje, ya que, como hemos visto y hecho en esta asignatura, el aprendizaje también se puede dar al aire libre. Esta cuestión se ha implementando e investigando a lo largo de los últimos años, ya que se trata de innovar y buscar espacios donde también se pueda llevar a cabo el aprendizaje. Os dejo un artículo que he encontrado que habla de esto mismo por si os llama la atención: En busca de nuevos espacios innovadores de aprendizaje - El País



Siguiendo con Ivan Illich, otro pequeño gesto sería dar más autonomía a los estudiantes en su proceso de aprendizaje, dando una educación más descentralizada, lo cual podemos llevar a cabo dando a los estudiantes a elegir temas que les interesen dentro del currículo (o fuera de él de manera puntual). No solo con Illich, sino que podemos ir aplicando pequeños gestos y cambios en la dinámica de la clase de otras teorías como la que plantean Lave y Wenger como, por ejemplo, fomentando el trabajo en grupo. 

Además, el uso de la tecnología como herramienta de aprendizaje en el aula puede suponer también un cambio significativo como decía Siemens. No se trata solo de usar dispositivos y aplicaciones en clase, sino de que los alumnos aprendan a emplear estas herramientas de forma útil y consciente, tratando de que se conecten no solo a sus compañeros, sino también a otras fuentes de aprendizaje menos habituales y tradicionales como redes sociales, foros o los propios blogs, tal y como estamos haciendo en esta asignatura. Por último, también tiene una gran importancia el ambiente, ya que si creamos un ambiente donde normalicemos el error podríamos hacer que los alumnos participen más en las clases.


En resumen, hay muchos pequeños gestos que podemos implementar en las clases para hacerlas más dinámicas y despertar la atención del alumnado como romper la rigidez del horario dando un momento de reflexión personal, tener conversaciones informales con los estudiantes antes o después de las clases para tratar otras cuestiones, ceder un espacio más protagónico a los estudiantes, no penalizar si llegan tarde, dar pequeños descansos con actividades más lúdicas que se adapten a las necesidades del curso, evaluar el proceso y no solo el resultado final...


Estos pequeños gestos los conocemos todos y los hemos visto a lo largo de las distintas etapas educativas por las que hemos pasado, pero, siendo realistas, no es lo común, ya que la mayoría de las clases siguen siendo una charla cerrada por parte del profesor donde no hay más hueco ni espacio para nada que no sea el temario. Muchos de estos gestos pueden parecer "perder el tiempo", pero en realidad pueden suponer un gran cambio en cómo conciben los alumnos el aprendizaje. Por ejemplo, en esta asignatura podemos observar múltiples cambios como los roles, las preguntas y participaciones, los blogs, los descansos, las canciones, todos ellos rompen con la concepción de las clases ordinarias a las que estamos acostumbrados. Estos cambios 

Para implementar estos pequeños cambios en las aulas no hace falta necesariamente que sea de estas teorías, sino que según las características del grupo tenemos la libertad de innovar, probar y hacer los ajustes que veamos necesarios para hacer más dinámicas las clases. No sé si se ha comprendido bien lo que pretendo transmitir, lo cual se puede entender mejor desde una perspectiva algo realista ya que, en lugar de pretender que todo el sistema educativo se base en una teoría rompedora que revolucione la escuela tal y como la conocemos podemos integrar algunos puntos de estas teorías (no necesariamente las tres vistas en clase) en el día a día en la medida que podamos.

Así que nada, espero que os haya gustado y la entrada y os haya ayudado aunque sea un poco para ver qué podemos hacer y qué está en nuestras manos a la hora de innovar y romper con las dinámicas tradicionales del aula. Nos vemos en la siguiente entrada ; )



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