LOMLOE: Competencias clave, la teoría y la práctica

Sobre la ley educativa actual...

La LOMLOE se aprobó en el año 2020 y desde entonces el currículo escolar ha pasado una gran transformación, lo que la diferencia significativamente de otras leyes pasadas. Esta transformación no es solo una actualización de los contenidos, sino que se ha reorientado el modelo tradicional de la escuela hacia un modelo más competencial.

Por lo tanto, en esta entrada veremos y analizaremos a qué se refiere este concepto de "competencia clave" que tanto peso tiene en el sistema educativo actual, así como los desafíos que han surgido a la hora de la implementación.

Empezando por las "competencias", la noción de competencia viene a raíz de una tendencia más internacional, ya que ha sido promovido por organismos como la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) que está formada por 38 países y es la encargada del famoso informe PISA, que evalúa cada tres años distintas competencias en los alumnos de estos países. Además, la Unión Europea también ha influenciado de forma significativa en esta ley, ya que el MECC (Marco Europeo de Competencias Clave), actualizado en 2018, ha servido a modo de guía para muchos sistemas educativos europeos, incluido el español. 

En este sentido, también se da desarrollado el Marco de Referencia de la Competencia Digital Docente a raíz del cambio de ley. El MRCDD establece distintos niveles de dominio digital para los profesores, con el fin de que sean capaces de responder a la implementación tecnológica en el aula, lo cual es una gran herramienta para poder impartir los conocimientos necesarios para que los alumnos puedan desarrollar la competencia digital.


Volviendo a la LOMLOE, esta ley educativa propone ocho competencias clave, siguiendo las influencias anteriores. El objetivo no es que se trabajen de forma aislada, sino se relacionen unas con otras y se desarrollen de forma transversal en distintas asignaturas, tratando de conectar el temario a lo largo de las distintas áreas y etapas educativas.

Antes de ver las competencias que se pretenden trabajar, aclaremos el objetivo de "actualizar" el sistema educativo a un modelo más competencial, es decir, que se trabaje por competencias, tal y como hemos dicho anteriormente. El objetivo de las competencias es dejar a un lado la parte más teórica (en su justa medida) y darle un mayor peso a otras cuestiones, ya que el fin es formar al alumnado para que, el día de mañana, sean capaces de desenvolverse de manera independiente en las diversas situaciones que les puedan surgir en un futuro. Es decir, no es suficiente con los conocimientos teóricos, con el "saber", sino que lo importante es que los alumnos sepan hacer y ser, algo que ya hemos visto y tratado en distintas asignaturas. 

Dicho de otra manera, estamos acostumbrados a "vomitar" los contenidos en los exámenes, lo cual no supone un aprendizaje duradero. Estoy seguro de que muchos de nosotros ya no recordamos la mayoría del temario que dimos a lo largo de la ESO o de los contenidos que trabajamos tanto para la selectividad. 



En cuanto a las competencias, como hemos dicho son 8 y las vemos a continuación:

1- Competencia en comunicación lingüística: consiste en que los alumnos sepan expresarse bien, así como que sean capaces de entender lo que otros dicen y escriben en distintas situaciones. 

2- Competencia plurilingüe: es que sean capaces de desenvolverse en más de un idioma, no solo hablando, sino también entendiendo otras culturas y formas de pensar.

3- Competencia matemática y competencia en ciencia, tecnología e ingeniería (STEM): esta competencia busca que los alumnos puedan usar las matemáticas y el pensamiento científico para resolver problemas, entender cómo funcionan las cosas y tomar decisiones de forma lógica.

4- Competencia digital: no es solo saber usar la tecnología, es que sean capaces de usarla desde un sentido más crítico y consciente, es decir, desde buscar información hasta crear contenido o proteger la privacidad.

5- Competencia personal, social y de aprender a aprender: desde mi punto de vista, es la más difícil de incluir en las clases del día a día. Consiste en que se conozcan a sí mismos, que puedan convivir con los demás y que desarrollen valores propios.

6- Competencia ciudadana: trata de entender cómo funciona la sociedad, de que sepan participar correctamente en ella y comprometerse con valores democráticos y solidarios.

7- Competencia emprendedora: algo compleja de implementar en las aulas también. Es que sean capaces de tener ideas, llevarlas a la práctica, tomar iniciativas y afrontar los desafíos que puedan ir surgiendo.

8- Competencia en conciencia y expresión culturales: consiste en apreciar el arte, la cultura y la diversidad, así como de que los alumnos puedan desarrollar su propia creatividad.


En este portal del sistema educativo español se concretan y desarrollan las competencias de una forma más amplia, por si queréis echarle un ojo: https://educagob.educacionfpydeportes.gob.es/ca/curriculo/curriculo-lomloe/menu-curriculos-basicos/ed-primaria/competencias-clave.html

Tras ver las ocho competencias sobre las que se basa esta ley, veamos el reto que ha supuesto la concreción curricular, es decir, la integración de estas competencias en la práctica educativa, ya que exige una gran reconfiguración del currículo en varios niveles y el objetivo es que las competencias se puedan traducir a situaciones de aprendizaje reales. Por ejemplo, no se trata solo de dar el temario, sino que, si intentamos trabajar estas competencias, necesitaremos un diseño más competencial de las situaciones y actividades de aprendizaje que vayamos proponiendo, ya que se trata de que los conocimientos que el alumnado vaya aprendiendo sean aplicables a situaciones reales y que le sean útiles. No basta con cambiar los nombres de las unidades didácticas, ya que lo que se pide es rediseñar las actividades que se dan en el aula para que estos conocimientos tengan una aplicación real.

A su vez, otra complicación que nos puede surgir con este nuevo enfoque es a la hora de trabajar las competencias de forma interdisciplinar, es decir, relacionar asignaturas. Hay relaciones obvias entre algunas asignaturas como geografía con historia, sin embargo, se trata de que los aprendizajes involucren un poco de todo. Por ejemplo, con un trabajo sobre el cambio climático podemos trabajar contenidos de geografía, lengua, matemáticas, ciencias naturales...

Y, sobre todo, se trata de ir metiendo estas competencias en la medida de lo posible. Desde mi punto de vista, la más obvia es la competencia digital, ya que lo  más fácil es que utilicen estas herramientas para un trabajo, por ejemplo. Una tercera limitación que podemos encontrar con esta ley es que propone una evaluación formativa y competencial, lo que significa que tenemos que dar más importancia a los procesos que a los resultados. Lo más obvio, y que sucede con cada cambio de ley, es la necesidad de formación docente continua, para poder comprender y aplicar las nuevas exigencias y medidas que vayan surgiendo con los cambios en las leyes.

Con todos estos cambios, deberíamos pararnos a pensar en qué medida este enfoque competencial contribuye o no a una educación más justa. Siendo críticos, es importante que veamos las competencias no solo como herramientas para que los alumnos puedan adaptarse al mundo, sino que sean medios para que puedan participar y mejorarlo el día de mañana. Cabe destacar que, algunos pedagogos como Michael Apple, Paulo Freire o Gert Biesta, no a raíz de este cambio de ley educativa, critican el hecho de que si no se implementan los cambios con una reflexión pedagógica profunda, este tipo de modelos puede llevar a que se desatienda el valor formativo de la educación y el para qué se enseñan, intentando no convertir la educación en una simple herramienta para que los alumnos se adapten.


Haciendo un  pequeño parón para ver mejor las opiniones de estos dos autores, Paulo Freire consideraba que la educación no debe reproducir el sistema existente, sino que debe tratar de que los alumnos sean conscientes del sistema en el que se encuentran y de que puedan cambiarlo. Por lo tanto, una educación basada en competencias no tiene que "preparar a los alumnos para el mercado", sino darles las herramientas para ser ciudadanos responsables. 

"La educación no cambia el mundo, cambia a las personas que van a cambiar el mundo."

Paulo Freire, Pedagogía del oprimido.

Pasando a otro autor, Gert Biesta (otro pedagogo), critica esta obsesión que hay por medir los aprendizajes desde lo funcional, ya que la educación no es algo que siempre sea cuantificable, pero no por ello tiene menos utilidad o es menos importante. A lo que se refiere este autor con esto es que hay algunos contenidos que pueden ser considerados de menor importancia, pero que pueden ayudar a formar el juicio y la responsabilidad de los alumnos como, por ejemplo, lo que sería la asignatura de Valores.

En resumen, la LOMLOE supone una gran oportunidad para replantear la finalidad de la propia educación en sí, así como de que podamos actualizar el sistema educativo al siglo XXI. No tenemos que verlo como una moda pedagógica, sino tratar de entender el porqué de estos cambios. Creo que se trata de mantener un equilibrio entre las demandas del currículo y las competencias. 

Comentarios

  1. Muy interesante. Sí que opino que los docentes deben de estar en continua formación, si la sociedad avanza, también debería hacerlo el cole!

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