Educación en la era de la autoexplotación: la "sociedad del cansancio" en el aula
Sobre Byung-Chul Han...
En la entrada de hoy nos centraremos en el concepto de la "sociedad del cansancio" del filósofo coreano-alemán Byung-Chul Han, centrándonos primero en una breve ampliación acerca de las raíces de la sociedad del desempeño que comentaba este auto para luego ver cómo esta mentalidad afecta en el aula con cuestiones como la motivación de los alumnos.
Hoy en día todo parece inestable, vivimos rodeados de estímulos y cambios constantes, lo cual también afecta a la educación, en lo cual nos centraremos. Aquí es donde entra el término de la "sociedad del cansancio" que vimos en clase ya que, centrándonos en la educación, las aulas se han convertido en un espacio donde se busca constantemente el ser productivos y los resultados, por lo que es la presión por ser productivos y aprovechar el tiempo al máximo la que nos lleva a otro término del autor, la autoexplotación. Pero, ¿de dónde surgen estas ideas de explotarnos, realizarnos, la sociedad del desempeño...?
La idea de la sociedad del cansancio de Byung-Chul Han está inspirada en las ideas de otro autor, Michel Foucault. Foucalt (1926-1984) llevó a cabo un análisis del poder en las instituciones estructuradas y disciplinarias, es decir, las cárceles, fábricas y escuelas, y estableció la "sociedad disciplinaria". Estas instituciones no solo imponen las normas a los sujetos solamente, sino que acaban formándolos a través de cuestiones como el castigo o la rutina, todo ello explicado en su libro Vigilar y castigar (1975). La escuela moderna entra también dentro del modelo de institución que acaba condicionando a los sujetos, ya que hay unos horarios, exámenes, normas... lo que lleva a normalizar estas rutinas y comportamientos.
Volviendo a Byung-Chul Han, este tomó la idea anterior de Foucault y la desarrolló haciéndola suya en La sociedad del cansancio (2010). En esta obra rompe con lo anterior, ya que, según él, hemos dejado atrás esta sociedad disciplinaria de las instituciones y nos hemos convertido en una sociedad del rendimiento donde somos nosotros mismos los que nos explotamos y nos llevamos al máximo de forma voluntaria. Es decir, hemos pasado de esta "vigilancia externa" que nos marcaba los ritmos a ser nosotros mismos los que nos autoexigimos a unos niveles insalubres (burnout, depresión, ansiedad, etc.).
Han plantea esta misma cuestión en su obra La sociedad del cansancio (2010) con lo siguiente:
"El sujeto de rendimiento se explota a sí mismo y cree que se está realizando. La violencia de esta autoexplotación es más insidiosa que la ejercida desde fuera."
Haciendo un pequeño parón con la historia, desde mi punto de vista la tecnología, por ejemplo, ha influido significativamente en el hecho de que cada vez nos exijamos más. Las redes sociales nos muestran solamente lo "bueno" de la vida de los demás, lo que nos lleva a compararnos y pensar que somos nosotros los que nos quedamos atrás o los que deberíamos hacer más. Nos faltan horas en el día para todo lo que está establecido socialmente como "cosas que deberíamos hacer" (ejercicio, comer bien, beber 2 litros de agua, leer, estudiar, pasar tiempo en familia, con los amigos, a solas...). A esto es a lo que se refiere Han con la "sociedad del cansancio", al hecho de que, actualmente, todos somos un proyecto de mejora continuo, siempre buscamos áreas de nosotros mismos que mejorar, lo cual nos lleva a un estado autoexigencia.
Volviendo a la escuela, los modelos tanto de sociedad disciplinaria como sociedad del rendimiento podemos apreciarlos en las aulas. Antiguamente, donde el modelo de sociedad era el disciplinario, la escuela moderna (inspirada en la revolución industrial) se diseñó para uniformar comportamientos, cumplir normas y aprender a estar en silencio memorizando el temario. Sin embargo, la sociedad del rendimiento, que predomina hoy en día, ha llevado a que los alumnos ya no obedezcan por miedo al castigo, sino por la presión de destacar, sacar la mejor nota y tener un currículum perfecto, ya que, como hemos visto en Sociología, el nivel de estudios se ha convertido en un factor clave para determinar el valor de una persona.
Entre estas dos posturas de Foucault y Han que parecen casi opuestas hay un punto medio de la mano del autor Gilles Deleuze. Deleuze planteó en 1990 con un breve texto titulado Postscriptum sobre las sociedades de control las "sociedades de control", que es un término medio entre las dos sociedades que hemos mencionado anteriormente. Deleuze planteó que hemos pasado de estar encerrados (escuelas, fábricas, cárceles) a ser libres pero con una vigilancia continua, pero menos evidente, ya que ahora es la red la que nos controla con los algoritmos y datos. Este cambio de "prisión" lo podemos ver reflejado en la siguiente cita:
“El encierro es una figura que pertenece a otras épocas. El nuevo poder ya no necesita muros físicos para moldear la conducta.”
Esta idea de "sociedad de control" también la podemos ver en las escuelas, ya que ahora son las plataformas digitales como el campus virtual, las que nos van pautando el progreso. Hoy en día podemos ver las escuelas como un reflejo del mundo líquido, ya que todo se ve muy inestable (como los cambios de leyes educativas) debido a los avances tecnológicos, los cambios en las formas de educar y la reinvención constante, así como la presión por el rendimiento. Aunque, desde mi punto de vista, hay cambios y cambios, pero, en general, los cambios en la escuela y las reinvenciones constantes en la forma de educar están bien encaminadas.
Tras esta breve ampliación, veamos qué podemos hacer para romper un poco con esta sociedad del rendimiento de Han y tratar de que no influya en las clases. El objetivo será relajar, en la medida de lo posible, el estrés al que pueden estar sometidos los alumnos mediante estrategias que les ayuden como dar espacios de pausa y silencio para que hagan una determinada actividad o ser más flexibles en los tiempos y tareas, lo cual puede ayudar a romper el ritmo y el agobio de los estudiantes si damos más tiempo para que lleven a cabo las tareas.
De manera puntual podríamos hablar abiertamente con los alumnos para que nos digan cómo llevan el curso, qué cambiarían... Todo esto, si lo aplicamos a las clases, podría llevar a proyectos sin nota para que los alumnos aprendan de una manera más relajada, dejar días sin deberes... cualquier cosa que se nos ocurra que, bien aplicada, rompa brevemente con la dinámica del sistema educativo.
En resumen, ante este sistema líquido e inestable, la única constante que veo es la conexión humana entre profesor y alumnos y la importancia de que haya un buen ambiente en las clases. Al igual que Byung-Chul Han nos invitaba a reflexionar sobre la autoexplotación en la sociedad actual, es importante que nosotros, el día de mañana, hagamos ver a los alumnos y alumnas la importancia del equilibrio en sus vidas. Romper con la "sociedad del rendimiento" y sus presiones es posible.
Espero que os haya gustado la entrada sobre el impacto que tiene esta "sociedad del rendimiento" en la educación. Hasta la próxima entrada = )
Guau, qué interesante y qué miedo afrontarnos a estas sociedades dentro de las aulas así que gracias por exponer estas estrategias educativas que promueven el equilibrio y el bienestar !!
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